Nunca es para Siempre

Solo pierdes... cuando dejas de luchar.

10 de octubre de 2011

Caap' 4. "Alan Steve"

Durante esos dos meses Nicole se encargó de organizar todos los papeles necesarios para la estadía permanente de Stefanni y su hijo en Romer, Italia.

El parto estaba programado para el 06 de abril. Una semana antes Stefanni empaco absolutamente todas sus cosas, fue sencillo ya que a los Maquintosh no les importaba lo que pasaba en su cuarto. En secreto llevó todas sus maletas al hospital donde trabaja Nicole –que por suerte se encontraba justo a la par donde se programó el parto-.

El día esperado llegó y sucedió en la mañana, el parto fue natural, muy doloroso. Estuvo sola, ni Alan ni los padres de él quisieron entrar a apoyarla. Sus padres no estaban tampoco. No tenía a nadie, pero no le importo, sabía que esos 9 meses de embarazo, esos duros maltratos por parte de sus “suegros”, la indiferencia de sus padres, y lo más difícil, el descuido e indiferencia por parte de Alan; la habían hecho sufrir todo ese tiempo, pero no le importo, eso la había hecho más fuerte y más inteligente.  A pesar de que estaba sola, lo único que Stefanni podía pensar en esos momentos era: “El bebé, el bebé”. Ese pensamiento la mantenía fuerte durante el parto.

–Aquí tiene jovencita, nació sano, no tiene ningún defecto, todo está en orden con este hermoso bebé –dijo el médico a Stefanni-.

En el momento en que le dieron su bebé, todo fue olvidado, no escuchaba nada, no veía nada más que a su bebé, su alma se había trasladado junto con su cuerpo a otro mundo, un mundo donde solo existían ella y su bebé, un mundo donde todo era bello para su bebé y ella.

El médico llevo al bebé a que el pediatra lo terminara de examinar. Stefanni se sintió feliz de que su hijo estaba bien y que también lo estaría. Durmió satisfecha de que había hecho un excelente trabajo. El sol brillaba fuerte, marcando el nacimiento de un hermoso día.

Cuando despertó el sol ya se preparaba para esconderse.
- Disculpe, enfermera- llamó Stefanni con voz débil – ¿Han venido visitas para mí? -
–No señorita, los únicos que estuvieron aquí por su bebé fueron unos señores de apellido extraño –contestó la enfermera. 
– ¿El apellido era Maquintosh?
– Sí, exacto, pero ya se fueron. Sólo preguntaron si el bebé estaba bien-.
– ¿Y no han vuelto? 
–No, nadie más se ha aparecido señorita, lo único que le dijeron al doctor era que vendrían dentro de una semana a traer al bebé. Me parece que el sábado a mediodía.
– Está bien, gracias señorita.                       
– ¡Ah! Casi lo olvido. – dijo, haciendo que Stefanni se sobresaltara - Llamó un señor, de apellido Béatitude.      
– ¿¡Enserio!? ¡¿Qué le dijo?! – Stefanni se preocupó, por un momento, pensó que sus padres ya se habían llevado al bebé–. 
–Dijo que vendría a recoger al pequeño Espirikitiberto, me imagino que se refiere al bebé, a las 10:00 a.m. de el sábado, vendrá con su esposa. Algo extraño señorita, ya que los “Maquintosh” vendrán también el mismo día.
–No se apene por eso, mi buena enfermera, nadie se llevará al niño. Nadie más que yo.

La enfermera salió de la habitación y dejó a Stefanni a solas pensando. No le extrañaba que su padre le hubiera dado tanta información a la enfermera. ¿Espirikitiberto? ¿Qué clase de nombre es ese? He allí otra razón para no darle su hijo a sus padres, en realidad el nombre le daba asco y risa a la vez, pensó en cuando su hijo fuera adolecente todos se burlarían de él, y no permitiría eso.

– Toc, toc ¿Estás lista? – dijo Nicole, sacándola de sus pensamientos.
–Sí, ya estoy lista, ¿cómo está Alan? –La voz de Stefanni se escuchaba un poco ronca.                                                       
– ¿Alan? Bueno él no sé cómo estará, pero, ¿por qué preguntas por él y no por el hermoso bebé que tuviste? Créeme amiga, es bellísimo, está muy sano, gordo y muy rosado, es uno de los bebés más hermosos que jamás he visto.
–No entiendes, ¿verdad? –dijo Stefanni con una sonrisa.
– ¿A qué te refieres? –Nicole no tenía ni idea de lo que estaba hablando Stefanni–.
–Mi bebé se llamará Alan Steve, como su padre.                              
–Pero, ¡¿por qué?! Él solo te ha hecho daño –Nicole estaba confundida - Creía que le odiabas por el gran sufrimiento que ha hecho pasar y ahora ese hermoso bebé llevaba el nombre del peor padre del mundo, de verdad no te entiendo nada– su ceño se frunció con aquella última frase, estaba molesta.
–Amiga, cálmate, yo sé las razones de mis actos. 
–Sí y lo entiendo, pero… ¿Por qué su nombre? Habiendo otros más bonitos.
–A pesar de todo lo que me hizo pasar, a pesar de que me engaño tan despiadadamente estos 9 meses, me ha dado la cosa más importante y bella en vida, de no ser por él, hoy no sería tan feliz. 
– ¡¿Qué?! A ver, dime, ¿Qué es tan “bello y hermoso que te hace tan feliz”? Algo que él te haya dado claro.
–Mi bebé. Alan me ha dado lo que de hoy en adelante será lo más importante en vida, gracias a él yo estuve embarazada y tuve a esa criatura que tan feliz me hace. Gracias a él he aprendido a escoger bien a la gente que me rodea y a saber que la vida no es color de rosa.
–Mmm… Tienes mucha razón.
–Además se parece mucho a él.
–Tú eres la madre, tú sabrás lo que haces.
–Gracias, entonces, ya son las 5:36 p.m. 
–Bueno, pon mucha atención. Hoy es sábado, debes estar tres días aquí entonces vendré el martes. Ése día a las 8:00 a.m. sale el vuelo hacia Italia, todos los papeles ya están listos, tu residencia ya está pagada y la del bebé también. Todo está listo sólo para que te vayas.
–Gracias amiga, en realidad no sé cómo pagarte todo lo que has hecho por mí. 
–No tengas pena. Tengo una buena noticia. – Stefanni se sintió confundida - Yo me iré a vivir allá dentro de 6 meses.
- ¿Enserio? ¡No te creo! – Estaba tan feliz que Stefanni, nada podría ser más perfecto.
- Hay una vacante en un hospital que abrieron exactamente hoy, que casualidad. El empleo me lo darán y en seis meses estaré allá contigo, no estarás sola.
–En serio, gracias. 
–No hay de qué.  
–De verdad, sin ti, mi bebé y yo estaríamos realmente perdidos.
–Está bien, está bien, ya no me agradezcas, pero déjame terminar.
–Entonces prosigue. 
–Gracias. Ya que el vuelo sale a las 8:00 a.m. deberemos estar en el aeropuerto a las 6:00 a.m. porque primero hay que pasar por un proceso tedioso en el aeropuerto, así que vendré por ti a las 4:00 a.m. para ayudarte a prepararte a ti y al bebé, y luego partiremos a las 5:00 a.m. hacia el aeropuerto ya que está algo lejos.
–Miércoles a las 4:00 a.m., entendido.
-Ahí descansas bien por favor.
Una enfermera se asomó en el cuarto – Lo siento, la hora de las visitas ya acabó, debe irse señorita-.
-Está bien, ya salgo- dijo Nicole.
- No sé que más decirte, algún día de lo pagaré.
Nicole sonrió antes de contestar – Lo que tú digas.

3 comentarios:

Sara L. dijo...

Hola, Pamela. Antes que nada, perdón. Te prometo que lo había leído todo ya pero dije "No puedo, luego comento..." y ahí mi cabecita se olvidó. Perdona. Bueno, comienzo. Te digo que he leído el prólogo y los cuatro capítulos y me fascinan. Me parece una historia preciosa, profunda y muy interesante. Hasta ahora, nunca había leído una historia así por aquí. Felicidades, está muy bien... de verdad. Yo seguiré leyendo, aunque deberás de perdonarme si no comento siempre ): Ya sabes que mi tiempo, desgraciadamente, es MUY escaso y a penas logro sacar tiempo siquiera para escribir... Pero cada vez que pueda comentaré encantada. Por favor, seguid escribiendo y felicidades a ambos.

Alejandro y Pamela dijo...

No sabes cuanto me alegro tu comentario.. justo estaba hablando con mi amigo cuando lo vi y se lo lei.. de parte de los dos te decimos: "MUCHISIMAS GRACIAS SARA! :D" qe buenisimo qe te gusto la historia y gracias por haber leido y comentar este caap.. Estas perdonada si no comentas siempre.. pero siempre y cuando lo leas ;) hehehe Muchas gracias de nuevo por tu comentario seguiremos escribiendo =) Saludos xOxO

Sara L. dijo...

Muchísimas de nadas. De verdad que es un placer. De hecho, os traigo un merecido premio: http://alejatedemiporfavor.blogspot.com/
Saludos.